martes, 11 de noviembre de 2008
El Salvador
La historia del campamento minero mas moderno de la época
El agotamiento de las reservas de cobre en Potrerillos desembocó en que durante la década del 40’, Anaconda hiciera prospecciones en los alrededores. El encontrar una veta cercana permitiría aprovechar las instalaciones ya existentes. Es así, como Vicente Perry, Geólogo Jefe de Anaconda, ordenó al geólogo William Swayne hacer sondeos en la zona del cerro Indio Muerto. Un quinto sondeo, en 1954, dio con la apreciada veta en Quebrada Turquesa, 66 metros de manto mineral con una ley de 2,66 % de cobre.
En agosto de 1955, un año después, The
Anaconda Company anunció la realización del nuevo proyecto minero. Una mina de explotación subterránea por hundimiento progresivo de bloques de mineral, con dos niveles principales de producción 2600 y 2660 agua potable e industrial, energía eléctrica, ventiladores, trenes, red telefónica y comunicación radial. En definitiva, “una ciudad subterránea” como la llamó el poeta y escritor de la zona, Héctor Maldonado.
Fechas claves para El Salvador son: el 23 de abril de 1959, ese día se vació el primer carro de mineral en la Chancadora. En menos de tres meses, el 2 de julio, desembarcó en Nueva York la primera barra de cobre.
La ciudad que se construyó para los trabajadores fue moderna y funcional. El arquitecto Oscar Niemeyer fue el encargado del diseño, el mismo que diseñó Brasilia. La forma que se le dio a la ciudad fue la de un casco romano, con sus calles curvas y equidistantes de la plaza ubicada en el centro de la misma. El 15 de noviembre se creó el Distrito de El Salvador, se fijaron sus límites geográficos y administrativos. El nuevo campamento minero debía tener su acto inaugural el cual fue realizado el 28 de noviembre de 1959…
Inauguración de El Salvador
La calle Wheelwrite esquina Bernardo O’Higgins fue elegida para el acto inaugural que se celebró a las doce del día. Aunque las calles no estaban pavimentadas el entusiasmo de la inauguración era enorme. Tiempo después llamaría la atención de los salvadoreños una máquina color verde que echaba asfalto caliente en las calles, todo un suceso para los curiosos.
La cinta tricolor fue cortada con una tijera de cobre que se forjó en la fundición de Potrerillos, el honor recayó en la esposa del Presidente de Anaconda Mr. Clyde Weed.
Diversas autoridades asistieron a tan memorable acontecimiento. En representación del Presidente de la República, Jorge Alessandri Rodríguez, concurrió su Ministro de Finanzas, Roberto Vergara. También asistieron el Intendente de la provincia, el Gobernador Departamental, el Alcalde y el Embajador de Estados Unidos. Igualmente, Ejecutivos de la Andes Cooper Mining y de la Chile Exploration, que explotaba el yacimiento de Chuquicamata; como también Dirigentes Sindicales. No podían faltar representantes de las firmas contratistas, quienes también ayudaron a levantar la nueva ciudad.
La bendición la hizo el Obispo Diocesano Monseñor Francisco Fresno, primer Obispo de Copiapó cuando se creó la Diócesis de esa localidad. Posteriormente, oficializó una misa de campaña en la Planta, en el sector Concentradora.
El verdadero nombre de El Salvador es Indio Muerto, debido a que éste es el nombre del cerro donde fue descubierta la veta de cobre que se comenzaría a explotar. Sin embargo, tal como explica Oscar Pizolti: “En ese tiempo se discutió una ley de franquicia para que los norteamericanos pudieran hacer El Salvador. Pidieron que el Gobierno les diera por cinco años una franquicia tributaria que consistía en que todo lo que extrajeran para la construcción de El Salvador (maquinarias, equipos, herramientas) no pagaran impuesto. Un parlamentario gritó: “¡Indio Muerto, gringo vivo!”. Entonces se decidió cambiar el nombre por uno que dejara conforme a todos: El Salvador.
Se eligió este último nombre, porque era inevitable el agotamiento de las reservas de cobre en Potrerillos, con lo cual las faenas y la ciudad se convertiría en un pueblo fantasma. Además, el descubrimiento de la nueva veta en las inmediaciones de la antigua mina, permitió que pudiesen ser aprovechadas las instalaciones. Lo cual hizo que con orgullo nuestra ciudad se hiciese merecedora del nombre El Salvador.
*En la imagen se puede observar la Inauguración de El Salvador.
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